Hay una canción que me gusta mucho que dice caldos de Venus
que son como agua bendita y un par de
La están pasando acá, no tiene lógica pero está pasando y yo la canto como una quinceañera fanática de luismi aunque no sea una quinceañera fanática de luismi que se agarra del vestido sexy y pomposo y lo estruja contra sus piernas como loca porque escuchar lacanción es como transportarse y salirse un rato de la fiesta y la torta y las tiritas de mierda para vibrar con una canción como la de luismi que para mí es otra y dice caldos de Venus que son como agua bendita.
Y cuando se termina este song, se despierta y salta por el agujero que dejó al entrar, para ir directo a bailar el vals a bailarlo re mal porque, a esta altura, nadie sabe como fucking se baila un vals. Porque ella tuvo onda y puso uno de Sabina pero, en realidad todos tienen el mismo tiempo 3 x 8 creo, no lo sé, y es una danza aburrida impostora protocolar demodé tirana y de cuentos y fiestas de quince con música de Calamaro y las Bandana todo mezclado al gratín.
Entonces ella se saca los tacones porque ya le duelen demasiado los pies y se acomoda la tiara para seguir creyendo que esa noche es una princesa tramposa que baila el vals mientras desea que suene David Bowie y que se apague la luz durante toda la canción. Por eso se avalancha hacia la botella de sidra para brindar por estupideces y cosas lindas también porque, al fin y al cabo, es una quinceañera y las quinceañeras tienen lindos pensamientos. También.
Así que, levanta la copa de plástico y dice ¡salud! mientras empina el codo y deja ver que sabe lo que hace, que no es la primera vez que tiene una copa en su mano. Y para sorpresa de todos se sube a una silla y grita en perfecto inglés I believe in miracles y baja. Se va a terminar sus quince tan puros y trillados a otra fiesta, una bien real con serpentinas y amigos y vasos siempre llenos para derramar
en su vestido
yo no tuve fiesta de quince ni vestido ni vals ni tiritas ni rimel. Pero tuve quince.
La están pasando acá, no tiene lógica pero está pasando y yo la canto como una quinceañera fanática de luismi aunque no sea una quinceañera fanática de luismi que se agarra del vestido sexy y pomposo y lo estruja contra sus piernas como loca porque escuchar lacanción es como transportarse y salirse un rato de la fiesta y la torta y las tiritas de mierda para vibrar con una canción como la de luismi que para mí es otra y dice caldos de Venus que son como agua bendita.
Y cuando se termina este song, se despierta y salta por el agujero que dejó al entrar, para ir directo a bailar el vals a bailarlo re mal porque, a esta altura, nadie sabe como fucking se baila un vals. Porque ella tuvo onda y puso uno de Sabina pero, en realidad todos tienen el mismo tiempo 3 x 8 creo, no lo sé, y es una danza aburrida impostora protocolar demodé tirana y de cuentos y fiestas de quince con música de Calamaro y las Bandana todo mezclado al gratín.
Entonces ella se saca los tacones porque ya le duelen demasiado los pies y se acomoda la tiara para seguir creyendo que esa noche es una princesa tramposa que baila el vals mientras desea que suene David Bowie y que se apague la luz durante toda la canción. Por eso se avalancha hacia la botella de sidra para brindar por estupideces y cosas lindas también porque, al fin y al cabo, es una quinceañera y las quinceañeras tienen lindos pensamientos. También.
Así que, levanta la copa de plástico y dice ¡salud! mientras empina el codo y deja ver que sabe lo que hace, que no es la primera vez que tiene una copa en su mano. Y para sorpresa de todos se sube a una silla y grita en perfecto inglés I believe in miracles y baja. Se va a terminar sus quince tan puros y trillados a otra fiesta, una bien real con serpentinas y amigos y vasos siempre llenos para derramar
en su vestido
yo no tuve fiesta de quince ni vestido ni vals ni tiritas ni rimel. Pero tuve quince.