PPP (piere paolo passolini o poesía para papá)


mi papá es
mi ser humano viejo favorito
de niña, me agarraban la trenza larga
y me la ponían como bigote: 'ahora sos
igual a tu papá'
una mierda, yo quería ser igual
a Xuxa
como me lo tomé literal, a los 6 años me dediqué
a conseguir
fotos de mi padre de joven para saber
cómo iba a quedar yo
en mi juventud
el de las fotos no era mi papá
el de las fotos
era un lungo rubio de pelo lacio y manos grandes
un cancherito de ojos claros Y SIN BIGOTE: esta fue
mi primera crisis
lo cierto es
que fui igual a mi papá de joven durante toda
mi adolescencia
flaquiiita musculosa sin bigote y sin tetas
lo odié demás por eso

lo más igual que tengo a mi papá
hoy
que ya no soy adolescente aunque mi espíritu me grite lo contrario
es
el blanco extremo transparente de mi piel
que también
alcanzó
a mi sobrino de 6 años - él sí quiere ser igual a su papá
un puntito amarillo al lado de las pupilas
mi adicción a la sal
los labios rojos y los lunares
las rodillas chuecas
la mala memoria para los datos duros
los aciertos culinarios, me los heredó mi papá
pero sobre todo
hay algo mucho mayor que tengo
igual a ÉL
eso
que me hace
hija suya
y no de otro progenitor voluntario
pero no sé qué es
y no quiero saberlo
a menos que, finalmente,
se cumpla la profecía un día de estos y
me crezca un bigote

una vez lo vi llorando
por El Clon
entré al departamento y estaba ahí
sentado
frente a la tele
solo
inspirando moquitos por el final de la novela
y me enamoré peor
la techista me dice
que ya superé mi Edipo
son pocos los que lo logran
me dice
y que se llama Complejo de Electra en las mujeres
a veces le creo y olvido
que mi mejor novio cumple años tres días después que él
otras veces
simplemente
lo olvido
a él
para eso es mi padre

pero no
hoy no es el caso


Jápines is a warm gun


¿¿Sos vos??


Cat Power o Historia del arte II


Antes de que

Ethan Hawke confirma que se hace la tercera parte de Antes del amanecer y Antes del atardecer con Julie Delpy, y no sé si quiero saber qué pasó.

Souvenir

En el Edificio del Libertador 
4 rubias se sacan fotos
con un tanque
en una tarde
de sábado

7 meses para el fin del mundo


que oyarbide está ok con macri pero que es para tapar a boudou y la masacre de Once, que schoklender preso y nadie dice nada, el paro de subte por 36
horas

que marioto y scioli pero cobos no, que la inflación tapada

que la mentira de la gestión de Macri en la capital porteña, y las obras de arte que se

afanó sin querer Goretti y Lombardi y su caja chica

que es el ente de turismo

es agotador, hermanos, a-g-o-t-a-d-o-r-

la restricción de dólares, el aumento del subte impuesto por Macri como el del ABL

los sueldos congelados, los hospitales porteños devastados la basura que sobrepasa el distrito los trenes hechos mierda

y la queja la queja la queja virtual de la gente el pueblo los cipayos los progres las mujeres sometidas los chorros excluidos los

chorros millonarios con funciones públicas los dirigentes truchos los empleados de gobierno los que se creen el slogan el discurso los que se

hegemonizan ellos mismos el alma

los canas los canas que corrompen en todo espacio que los dejan los funcionarios las esposas los amigos que celebran la gorra y los que

lloran muertos por gatillo fácil por una notebook por una pizza por hambre porque no había más camas porque lo piso un bondi o se hizo pedazos

todo un tren todo un tren

y ésto en suiza no pasa, boludo

¡me faltan mis dólares, me faltan mis dólares!

¡pero si nunca puedo ahorrar un mango! ¡fumate mis dólares! mis futuras propiedades mi auto cheto mi nuevo viaje todos mis zapatos

de Paruolo

y la seguís la seguís el presupuesto subejecutado de la Ciudad durante los últimos dos años el vaciamiento de la actividad cultural porteña

la ucep que te cagaba a palos por pobre por pobre andate de mi calle andate vos a ver qué escribe en mi pared la tribu de mi calle

ministros q encabezan carteras que nunca se colgaron del hombro acá y allá gente

que todavía pide con gracia pide pena de muerte periodistas

¡periodistas que se mueren por tocar!

periodista vos que te indignás porque cristina no responde porque macri se va de viajes vos periodista con firma cara queremos preguntar si

no te duele que tu profesión esté tan prostituida tan baqueteada tan apoyada por dos mil pijas en el subte

@funes Reloco; ya van 8 personas que vienen a pedirme plata en las plataformas de Retiro para "volver a sus lugares de origen".

y en tu casa ponés la tele y eso es muy bueno porque te ayuda a quejarte más y más y más y lo ponés en tuiter en facebook en el estado de

tu MSM que nadie conecta y después

votás y votás y votás y la cosa no anda, boludo, seguimos haciendo cola para comprar nafta porque yerba

no hay

hay

bicisendas

hay

asignación universal por hijo

¡hay fantinos, boludo! ¡hay fantinos!

y mala onda

hay mucha mala onda

hay 40.412.376 de mala onda

pero decime te lo pido decime qué

es lo primero que pensás a la mañana

cuando abrís el primer ojo

y cuando terminás de tipear ideas quejas confesiones deseos insultos novedades que sumen 140

140 caracteres



Telegrama preaviso de desalojo

te escribí un poema
en el que te mando bien
a la concha de tu hermana

Carta preaviso de desalojo


ésto ya me pasó
pero no sé cómo
resolverlo
bien
lindo
duele

tenés el primer premio en
abrazos perfectos y ese
es un milagro
arte puro
pero también
-es increíble, en serio-
sos una tremenda piedra fría
olvidada
en el fondo del fondo del fondo de
la nada aún más fría
sos
un garca
y esos minutos te odio

porque me gritás
me querés apagar como sea
menos
con amor
¿no ves que soy re fácil?

lo que me molesta es
que ni lo intentes que
nada
eso
nada
siempre sos la muralla
china toda congelada
8.500 kilómetros de
mano dura y
yo lo que me digo es
que soy
tu novia
y no da
no da

¿sabés cómo me rompe los huevos llorar?
los tipos me hacen cagar de risa:
se piensan que uno llora
porque quiere
teatro
rafting
¿son pelotudos?
a nadie le gusta llorar
así que
grabate
la primera pista
llorar
fuerte
mucho
hasta que te pese el flequillo
sobre la frente y mientras tanto
por dentro
se te esté
inflamando el cerebro tanto
como la buena levadura del pan
blanco
que te tuesto a la mañana
pero tanto
que temés en serio
que
explote
y te chorree por
la naríz
anotá llorar
mucho
es
el límite

y yo
yo ¡pero claro!
tengo mis
patinazos
un montón
de lados B
tengo
errores más grandes que
Canadá o asado con
z

te quejás
porque te interrumpo tenés
razón tenés
razón
y
no
voy
a
gastar versitos en justificarme
así que
perdoná tenés
razón
y me voy a fijar
para cambiarlo
soy
incisiva
si no me controlo te
hiervo el conejo
además
llego
siempre
tarde
y hablo mucho
siempre
quiero más
y más
si la intensidad fuera redituable yo
podría
comprarte un mundo entero
nuevo
todo pintadito
con los colores de river
y repleto
de camparis
un taladro soy
si estamos
discutiendo y
no me das
pelota

todo esto junto
pero
convengamos
que yo
nunca
nunca en la historia de las peleas de
los enamorados
yo nunca jamás
te hago
llorar

Soñé con el fin del mundo


Soñé con el fin del mundo. Empezaba con una reunión de trabajo. La jefa nos decía que ya no iban a reponer la luz, que íbamos a trabajar desde nuestras casas. ¿Hasta cuándo?, le preguntaba una compañera. Estábamos en una quinta. La jefa ponía cara de angustia y decía: Hasta que se acabe el mundo. Nunca nos dieron el aumento de sueldo, pensaba yo pero no lo decía.
Corte.
Ahora estoy sin mis compañeros y tengo que salir de mi casa -que no parece mi casa- y encontrar a la sociedad antes de que oscurezca. Mi compañía va cambiando. El camino hacia la sociedad es desde adentro de las casas. Entonces yo ando por una terraza y salto a un edificio y entro a un departamento que está ya abandonado, como la mayoría del mundo, y abro puertas. Puertas de entrada, puertas de placares, puertas de balcones no. No tengo miedo porque es de día, un día de un sol grande y amarillo patito. Los espíritus me asustan sólo de noche.
Salgo de una casa, entro en otra, siempre abandonadas pero recientemente abandonadas: limpias, con galletitas en alacenas, toallas en el piso de los baños y comida para perro en recipientes sin terminar. Es de día, ya no funciona la luz pero sí anda el chat de Blackberry.
Ocho me dice que es por ahí. Va lento, Ocho. Yo estoy entusiasmada y voy a su ritmo. Todavía no sentí el miedo, el vértigo, ni siquiera pienso en qué es el fin del mundo: ¿un corte de luz eterno? ¿Una espera interminable por un aumento de sueldo que nunca va a llegar? ¿La muerte del único asesor que entiende a la AFIP? ¿Mucho calor? ¿Mucho frío? ¿Lou Reed tocando con Lady Gaga? ¿Un Tsunami en Olavarría?
En otra oportunidad, Ocho y yo saltamos las terrazas de toda nuestra manzana de Villa Urquiza para revisar los tenders de los vecinos. Quisimos probar que podíamos definir quiénes vivían tan cerca de nuestro PH a partir de la ropa que colgaban con broches. Y pudimos. Ese tour fue de noche pero no tuve miedo. Los espíritus me asustan sólo si estoy sola.
Ya entré y salí de muchas casas y departamentos. Es difícil contabilizar porque el recorrido es muy extraño: se define al tiempo en que me muevo. Y me muevo lento porque esta aventura me gusta. Me gusta revisar casas cosas de día sin fantasmas. Y encima, esta vez, estoy escapando de los edificios, de los departamentos, de los ascensores. Hay escaleras por todos lados. Y es de día. El sol está tan bello. Bello, no lindo. Bello como cuando se mete el arte en algo lindo. Estoy en remera, muy cómoda, no cargo nada más que mi Blackberry pero no la uso. Se ve que todavía no quiero estar desconectada de todo.
Los departamentos son marrones y blancos. Sus paredes, sus muebles, sus cuadros. A mí no me gustan y entonces me apuro, abro otras puertas, no me agito. Aparece un jardín muy verde. Salgo y veo un LCD 46 pulgadas incrustado contra la pared con enredaderas arriba de una pileta modesta. Está conectado a una computadora. Me acerco y abro mis mails. ¡Bienvenido Lucio On The Rocks! La lista de 2.460 correos sin abrir más todos los miles ya leídos se ve ancha y muy negra. Veo gente conectada al Gtalk. ¿Por qué no salieron ya? O sí salieron, y de la desesperación dejaron todo abierto. Ahora pretendo cerrar mi cuenta de mail pero falla la conexión, no puedo hacerlo. ¡No puedo hacerlo y me preocupa dejar todas mis cosas expuestas en 46 pulgadas de una casa que desconozco! F5 - F5 - Recibidos - Enter - Enter. Gmail me mira tildado. Y me voy.
Salto a un camino de maderas rústicas como las papas y atravieso un pasillo al aire libre. Estoy sola. ¡Es el fin del mundo y yo estoy sola! Pero lo pienso sólo dos minutos y sigo porque el sol sigue acá, todavía hay tiempo y casas que atravesar. Camino y no me veo los pies. Me parece que floto. En esta parte hay muchas ventanas. Todas tienen las persianas bajas y eso siempre me puso de mal humor, sobre todo, si son ventanas que dan a la calle. Esas ventanas de casas que dan a la calle. Con rejas y persianas siempre bajas. No lo entiendo. Si tuviera una de esas casas y un comedor o hasta mi cuarto con ventanas sobre Blanco Encalada claramente las dejaría altas. Al menos un rato, mientras estoy cocinando, mientras escucho música fuerte, mientras vivo en mi casa, las persianas van altas.
No hay ruidos. Pájaros, autos, todas las hojas del viento, nada. Pero tampoco hay silencio puro. Mi hermana está con su familia, la justifico. ¿Estará desesperada por ahí cargando dos hijos y dos perros? Siempre que viajo no extraño a nadie más que a mi hermana. Ahora quiero hablar con Genaro. Quiero mirar sus enormes ojos transparentes de siete años a ver si me dicen algo, una pista, qué está pasando y qué va a pasar. Estoy segura, lo sabe. Pero esto que pienso lo olvido pronto. Los pensamientos me duran segundos encima y después se desploman como dientes flojos. Solo sigo atravesando casas. Todavía es de día. La preocupación de no tener certezas sobre mi destino no me perfora la mente por primera vez en mi vida. Es más: ¡me siento feliz! Me siento libre, como dentro de un video juego que desconozco pero al que sé jugar por naturaleza. No hay botón de pausa, sólo el tiempo que marca la luz del día del fin del mundo. ¿Y si dura más días? ¿Si hoy es sólo el comienzo? ¿Importa ahora?
Ahora salto una medianera con mucha facilidad. Y otra más alta, de casi dos metros, también con flamante destreza. Desemboco en otro jardín verde. Es muy verde y tiene terrazas escalonadas de pasto fluorescente. Pero lo más extraño son sus paredes, todas pintadas de azul Francia. Le grito a Ocho ¡vení, Ocho, mirá esto! Pero viene una mujer. Tiene sesenta y dos años, un rodete oscuro de pelo mojado sobre la frente y una bata azulada con ribetes chinos en rojos múltiples. Es la primera persona que cruzo en su casa durante este camino de puertas, medianeras y ventanas. Me paralizo. No sé qué hacer, qué significa. ¿A vos también te gusta mi jardín?, me dice. Le entrego un sí interminable con la cabeza. Lo diseñé yo misma hace añares. Nadie confiaba en que las paredes debían ser de este azul. Así, a las seis y media siete de la tarde, el cielo se funde en este jardín hasta que atardece. ¿Está sola?, le pregunto. Sigue mirando esas paredes. Acá, digo, ¿está sola ahora? La señora abre sus brazos y da un giro completo sobre sus pies. El rodete está horizontal mientras ella da vueltas y vueltas en su pequeña Babilonia. Cuando Ocho está a punto de flashear con el lugar, yo me voy.
La última puerta me lleva a un pasillo de edificio. Es color cremita. Horrible, como el pasillo de una escuela privada del barrio de Belgrano. En el medio hay un ascensor oscuro y otra escalera. Y mi mamá. ¡Mamá! ¡Mamaaaaaaaaaa! Se da vuelta y sube un par de peldaños hasta donde estoy. Me hace un chiste. Mientras le sonrío pienso que esta vez se tiñó bien las canas. Me saco las zapatillas, tomá mamá, usá éstas que no resbalan y podemos caminar pensando en otra cosa. Calzo cinco talles más que ella desde que tengo doce años pero hoy le quedan perfecto. Ella avanza por las escaleras que ahora son de color amarrillo y habla, no sé qué dice. Hoy, ahora es el fin del mundo y me toca a mí -de toda mi familia- acompañar a mi madre para que se encuentre con todos, pienso (¿y quiénes son todos?, pienso). Hace quince años me hubiera parecido un desastre, peor que viajar en ascensor con un jefe carnero. Pero hoy, ahora, me parece un premio. Como cuando ese miércoles grabamos juntas un spot para difundir qué es el TEC en la clínica donde le reconectaron las neuronas después de que el 5 cruzó en rojo, dobló y a toda velocidad la bateó un metro y medio en la esquina de Talcahuano y Tucumán. Suena el teléfono. Es el Chat de mi Blackberry. No pienso, no pienso mirarlo. Todavía el sol pega fuerte. Todavía puedo seguir andando.

Momento

I.

es
momento de decirte que
no lo dije
nunca lo dije antes
la
vergüenza y esas
cosas que me pasan
de chica sin
pedirme permiso
saliva en la garganta
metálica
leo tus raps me los
canto para adentro suenan
bien sé cómo
rapear tu slang por
naturaleza
inmediatamente después de
oxigenar mi traquea mis
pezones
pulso alt + tab y cambio
no
soy
capaz de
devolverte un rap un bals un
graffitti
tan pero tan
brillante como
los tuyos
                                         
                                                     también por
                                                     eso tardo en responder


Aniversario

en el cuarto
aniversario
del accidente
ese bondi que atropelló
a
mi
mamá
recién
en la esquina de
mi trabajo un
cana atropelló a un
motero
con un
clío cremita polarizado


posta

Palabra de Indio

"Escribo canciones en la creencia de que:
  • El efecto poético se produce por la capacidad de un texto de continuar generando lecturas diferentes sin ser consumido nunca por completo.
  • La poesía no debe invitar solo a escuchar, debe invitar fundamentalmente a imaginar.
  • La poesía es subjetiva, se vuelve objetiva cuando sus destinatarios, después, se dejan envolver por ella.
  • La principal regla poética es conmover, todas las demás no se han inventado si no para conseguir eso.
  • La poesía no puede ser definida con precisión porque no nos es dado conocer su esencia sino sentirla.
  • La poesía crea realidades intelectuales que se presentan emocionalmente. No como un pensamiento reflexivo ni filosófico sino como un pensamiento rítmico.
  • Una buena canción (su lírica) debe parecer que no pudo ser escrita de otra manera. Debe tener poder de seducción y comportarse como un enigma del cual uno presenta, para su resolución, solo indicios.


Indio Solari